Una ceramista alemana se inspira en Jingdezhen, la capital china de la porcelana

La ceramista alemana Karin Flurer-Bruenger observa un juego de porcelana con el tema «Mil millas de ríos y montañas» en una tienda de porcelana de la Avenida de Arte Cerámico Taoxichuan, en Jingdezhen, provincia oriental china de Jiangxi, el 8 de abril de 2025.

Karin Flurer-Bruenger participa en el Programa de Aves Migratorias del Centro de Arte Taoxichuan de Jingdezhen, una iniciativa puesta en marcha en 2015 para invitar a artistas de todo el mundo a vivir, crear e intercambiar ideas en la ciudad de Jingdezhen, en la provincia oriental china de Jiangxi.

Aunque creció en una familia de ingenieros, fue la textura de la arcilla húmeda, y no la maquinaria, lo que cautivó su imaginación desde muy pronto.

Según recuerda, su padre era ingeniero mecánico e inventor, y siempre estaba dibujando sus nuevas ideas. Ese contacto temprano despertó su interés por el trabajo hecho a mano. Por eso fue aprendiz de un maestro alfarero.

En Jingdezhen, donde la artesanía ancestral se une a la creatividad global, Flurer-Bruenger ha encontrado inspiración e innovación. Está experimentando con técnicas de porcelana fina y calada, perfeccionadas gracias a la tutoría local y al apoyo de los hornos compartidos del estudio.

«Tengo todas las posibilidades a mi alrededor: hornos, lugares, gente especializada en cerámica y porcelana, y muchas exposiciones interesantes. Así que estoy muy contenta de estar aquí», dijo Flurer-Bruenger. (Xinhua/Du Juanjuan.)